Política SocialRecensión

«El sentido común y la política» de José Nun

Introducción

El reciente libro de José Nun es una composición de siete ensayos sobre diversos aspectos del sentido común que resultan valiosos para analizar el «clima político» de las sociedades, las formas de gobierno que legitiman y las condiciones que posibilitan cambios cualitativos de la relación entre las esferas de lo público y lo privado.

Esta obra es especialmente recomendada para quienes aprecian los procesos de síntesis que alcanzan los pensadores de ciencias sociales. Se encontrarán con una composición, presentada como una obra musical, de los últimos treinta años de la producción de José Nun, quien constantemente ha presentado propuestas y guías de acción para sostener los principios de la igualdad y libertad, y recuperar a la ética como una norma integrada en las costumbres y las instituciones de la sociedad.

Los ensayos tratan sobre los elementos que conforman el sentido común y su despliegue sobre el estado de la política; la intervención del sentido común para sostener el status quo (operación que recobró vigoroso interés a medida que las desigualdades sociales se acentúan de modo preocupante); los aportes de diversas corrientes filosóficas sobre el tema, con especial énfasis en las contribuciones de Gramsci y Hegel; y un esforzado aporte conceptual para colaborar a la comprensión de los momentos en donde la democracia en Argentina fue desvirtuada.

Para este libro, Nun escribió especialmente el capítulo 1, como una introducción, y la coda. Los ensayos están conectados por interludios escritos durante los últimos cinco años. Quien disponga sobre la obra tanto la mirada como la escucha, apreciará que los temas introducidos, como en las obras de música logradas, reaparecen en el transcurso del texto, extendidos y revestidos de otras formas, produciendo un complejo repertorio. Nun correspondió con el coraje intelectual que merece el análisis de la materia, iluminando las zonas de identidad entre el sentido común y la política, y aportando, a la vez, elementos de diferenciación históricos, políticos y socioculturales. Esta operación incluye soluciones para los problemas examinados, aludiendo incluso a los avances de las neurociencias para comprender la relación entre las partes del cerebro y las funciones de la imaginación, la memoria, etc.

Las conclusiones se tornan prácticas, apoyadas en un amplio abanico de referencias, sean las producciones de Sorel, el estudio de los resultados de una encuesta sobre el peronismo diseñada por Nun en 1970, el señalamiento de las implicancias de las «malas» traducciones de ciertos conceptos que alberga el sentido común (trickle down effect, tax haven). Estas piezas, por demás instructivas, son propias de un conocimiento fundado, de escasa circulación en medios masivos de comunicación como en las academias.

 

Sobre los usos del sentido común en las políticas públicas

Acompañé la lectura de este libro pensando que buena parte de la tarea de los políticos consiste en apelar al sentido común, en búsqueda de un soporte de la legitimidad de las políticas públicas. Los efectos de estas operaciones están cargados de la ambigüedad propia del sentido común. Tomemos, por ejemplo, el alarmante incremento de las desigualdades, que Nun enhebra en los interludios: al mismo tiempo que, en todo el mundo, la ciudadanía acompaña las declamaciones políticas a favor de reducir las desigualdades, las resistencias al desalojo del «ocupar Wall Street» (OWS) fueron escasas, ineficaces o no acumularon suficiente poder para tornar al sentido común en su favor.

Las políticas públicas tienen un gran potencial para transformar el sentido común. Sus diseños y aplicaciones pueden favorecer la «ética concreta» de las sociedades, amplificando y enriqueciendo las interacciones de los comportamientos éticos de las personas. Nun nos advierte que la moral privada está englobada en la “ética concreta” del espacio público, en las normas éticas incorporadas en las costumbres e instituciones de la sociedad. En este marco de referencia, de la “ética concreta” (Sittlichkeit) desarrollado originalmente por Hegel, se expande la interpretación del sentido común como una construcción social, que antecede al ciudadano y condiciona su actividad civil. Y abre la posibilidad para compartir una explicación filosófica sobre el repliegue contemporáneo en la moral privada, tanto expresión del individualismo como índice de la tarea pendiente de reparar la “ética concreta”.

Las políticas públicas que interactúan con un sentido común que pondera el individualismo, se manifiestan como una miríada de soluciones, focalizadas para atender determinadas tipologías de problemáticas sociales, cuyos «dominios de relevancia» resultan a menudo solapados o conflictivos. En estos casos los diseños de política serán ineficaces y una de las consecuencias indeseables será que estas políticas tributan de modo insuficiente, cuando no contradictorio, a los ideales que asumieron como fundamentos. Al respecto, en las presentaciones del libro Nun ha comentado que en Argentina, se destina para los subsidios al transporte y la energía, aproximadamente, ocho veces el presupuesto de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Mientras que el 44% de los subsidios benefician al 20% más rico de la población y en un 7% al 20% más pobre.

Otro postulado de la obra señala que, siguiendo la versión propuesta por Schumpeter, la definición de democracia fue pavorosamente simplificada como un procedimiento para elegir gobernantes. Pero aún este sentido restringido, supone que los ciudadanos tienen garantizada la satisfacción de las necesidades básicas, y que la esfera pública cuenta con una burocracia profesional, cuyas conductas están regidas por la ética y es eficaz para la defender estos protocolos de trabajo. Según Nun la primera, imprescindible, tarea de las políticas públicas en Argentina es asegurar estas condiciones.

 

Conclusiones

La idoneidad de José Nun para presentarnos, con elegancia, ciertos aspectos que hacen a la identidad de los conceptos sobre el tema le otorga un destacado potencial su obra. Estos ensayos, situados en una interesante perspectiva histórica, ofrecen un reflexiones originales y atentos aportes en los debates sobre la democracia y su calidad institucional. La cuota destinada a presentar el diálogo entre las tradiciones filosóficas que interpelaron al sentido común, nutre y anima la discusión sobre las implicancias del sentido común para hacer sociedad, cuando se adoptan esquemas de expresión que suponen el respeto de todas las individualidades. Así encontrará el lector claves imprescindibles para introducirse y formarse de opinión sobre las posibles derivaciones de las crisis actuales en la política y en la economía.

 

«El sentido común y la política. Escritos teóricos y prácticos.» fue publicado por Fondo de Cultura Económica. Para mayor información, consulte aquí.

 

Notas

Agradezco a Edmundo Agú, Jonas Bergman, Carlos Crespo y Lucio Moreno por los oportunos comentarios que me hicieron llegar sobre el tema. Hugo Ferrari me facilitó un breviario imprescindible para seguir con coherencia las conclusiones de Balmes, Imeld, Popper, Reid, Rivkin, Trout, Vico y Yagosesky, que tomé prestadas para seguir la obra de Nun. Selma Haupt me ha corregido en los usos del idioma para presentar mis opiniones y ha destacado las oportunidades que brinda la democracia para el cuestionamiento del sentido común.