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La súbita preocupación por medir la pobreza de los investigadores kirchneristas

En un reciente informe el Centro de Economía Política Argentina (CEPA)[1] señala que para el mes de junio del 2016 el 36% de la población era pobre, según la metodología de pobreza absoluta por ingresos que tradicionalmente medía el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), hasta que la dejó de estimar a fines del año 2013. En el mismo informe se estimaba que el porcentaje de población pobre para noviembre de 2015 era del 19,8%. Es decir, que entre noviembre de 2015 y junio de 2016 la pobreza habría aumentando en el Gran Buenos Aires (GBA) en 16 puntos porcentuales o más del 80%. En este sentido, no llama tanto la atención el punto de llegada de la tasa de pobreza del 36%, ya que otros estudios como el de la Universidad Católica Argentina (UCA)[2] estimaron valores similares. Sin  embargo, sí llama la atención el punto de partida de noviembre de 2015, 19,8%, ya que el mismo informe de la UCA estimaba para ese momento un 29% de pobreza, 10 puntos porcentuales más que los valores calculados por el CEPA.  ¿Cómo se explica esta divergencia que tiende a concentrar todo el incremento de la pobreza durante los primeros meses de la nueva administración y minimiza la tasa de pobreza con la que finalizó el gobierno de Cristina Fernández?

Según la metodología descripta en el documento del CEPA, el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) es establecido por ellos según su propio relevamiento, mientras que el de la Canasta Básica Total (CBT) es determinado considerando el valor del coeficiente de la inversa de Engel estimados por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL)[3]. Sin embargo, como se observa en el siguiente gráfico, el valor de las CBA de ambas mediciones difiere significativamente en los meses finales del 2015.

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Esta divergencia hace que mientras para FIEL el incremento del valor de la CBA entre noviembre de 2015 y junio de 2016 fue del 29%, para CEPA alcanzaba el 59%. Respecto de la variación de la CBT, las variaciones respectivas son del  35% y 67%. Es decir que para el CEPA el valor de las líneas aumentó un 100% más que para FIEL. La divergencia se explica por la subestimación de la CBA que hace CEPA respecto de FIEL en los últimos meses del gobierno de Cristina Fernández. Esta situación provoca que CEPA subestime la cantidad de pobres en el 2015 y por este motivo, al partir de una base más baja, obtenga una variación mayor a la calculada por otros organismos.

No debería llamar la atención ya que los economistas de CEPA integraron el gobierno anterior y decidieron dejar de medir la pobreza en el momento previo a devaluar la moneda (febrero de 2014). En este sentido, tienen mucho “expertise” en manipular información socioeconómica con fines políticos para insistir en relatos distorsionados sobre la realidad económica y social del país.

[1] http://eppa.com.ar/wp-content/uploads/2016/08/Informe_Pobreza_No.2_16.08.2016.pdf

[2] http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo68/files/2016-Obs-Informe-n1-Pobreza-Desigualdad-Ingresos-Argentina-Urbana-Presentacion.pdf

[3] http://www.fiel.org/publicaciones/canasta/CAN_BAS_1470338557641.pdf